Una mañana Lita salió al bosque. Mientras juntaba hojitas, un elefante gordo paseaba de un lado para otro.
Cuando ella se ocupaba de llevar la carga, el elefante se burlaba:
- ¡Qué cosa tan pequeñita, puedo pisarte en un instante!
- ¡No lo creo! Le dijo la hormiguita. Yo si quiero, puedo meterte al agua.
- ¡Imposible! ¿Cómo lo harías? -preguntó el elefante-.
- Acércate que te cuento…
El elefante bajó su cabeza y la hormiga le picó tan fuerte la oreja, que por el dolor, él corrió y se metió al agua. Y aprendió esta lección:
- No importa como eres, la fuerza está en tu interior -
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