viernes, 18 de junio de 2010

EL FANTASMA BUAAA

En un laberinto metido debajo de un suelo blanco inmaculado, vivia Lita, la hormiguita. Era muy feliz recorriendo sus paredes, pero siempre se encontraba un poco sola.
Un buen dia empezó a oir ruidos extraños: buuuuuuuaaaaaa... Es un fantasma, pensaba, y se asustaba solo con pensarlo.

Después de varios días, decidió salir del laberinto hacia ese desierto de suelo blanco. Cada vez escuchaba ese estruendoso sonido más alto.
Investigó e investigó y se encontró con un tronco marrón muy alto, que sujetaba una cama, una enoooooooorme cama para una hormiguita. De esa camita salian cada vez más de esos ruidos: bbuuuuuuaaaaaaa. Se llenó de valor y trepó valiente por el gran tronco. Al llegar arriba se encontró un animal extraño, algo que nunca antes habia visto, con enormes brazos y pies y una boca muy grande con mejillas sonrosadas.

Lo miró un rato, y descubrió que de ahí era de donde salian esos tristes sollozos. Despacito, se acercó hasta una cueva a cada lado de las mejillas coloradas, y dijo: ¿que es ese ruido? ¿porque suena tan angustioso?
De golpe, el buuuuuuuuuaaa dejó de oirse y en su lugar aparecieron palabras con una voz dulce que decía: me llamo Mario, soy un bebé y estoy llorando porque quiero tener un amiguito.

En ese momento, la hormiguita dijo, yo soy Lita y vivo ahí en un pequeño laberinto al que se entra por ese agujerito... Desde aquel día, Lita cruzaba el suelo de azulejos blancos y trepaba todos los días por el enorme poste para contarle sus aventuras a Mario, así los dos se hicieron muy amigos y nunca más estuvieron solos.

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