viernes, 24 de septiembre de 2010

LITA, FOTOGRAFA


Lita quería ver mundo y recogerlos todo con una camara de fotos, quería hacerse fotógrafa. Mario siemrpe le decía, eso es una tontería, no hay nada nuevo que fotografiar, no existen camaras de fotos para hormigas, vaya perdida de tiempo...

Lita sabia que Mario tenia razón no existian camaras para hormigas, pero tenia tanta ilusión que durante mucho tiempo anduvo recogiendo trastos viejos para fabricar una camara de fotos en miniatura. Tuvo qye hacerlo casi todos, un botón de disparo para la antena, un objetivo del tamaño de sus ojos minusculos y unas contas para podersela colgar.

Cuando por fin la tuvo terminada, empezó a probarla haciendo sus primeras fotos. Mario la veia aparecer y tenia tantas cintas para todas sus patas que se reia se la hormiguita. Lita se sintió tan mal, que pensó en dejar su sueño, además, su amigo tenía razón no habia nada interesante para fotografiar.

Pero resultó que se le ocurrió hacer fotos de su casa y de los laberintos que iba escavando y al enseñarselas, a Mario le encantaron, tanto que empezó a reir y la hormiga siguió haciendo fotografias: sonriendo, apareciendo los dos, bailando, cantando... a cada cual más divertida.

De este modo, Lita consiguió su sueño y se convirtió en la fotografa oficial de las aventuras de Lita y su amigo Mario.

viernes, 17 de septiembre de 2010

EL COCHE DE BOMBEROS DESAPARECIDO


Como cada domingo Mario sacaba su colección de coches y para jugar con ellos. Pero hoy era un domingo especial, porque iban a venir a jugar con el unos vecinos nuevos del barrio.

Al terminar la tarde, Mario se dio cuenta de que le faltaba el coche de bomberos, su coche favorito. Pasó horas y horas buscandolo en su dormitorio, la cocina, el balcón... pero no lo encontró.
Decidió salir al jardín a ver si lo encontraba por allí. Mirando y mirando, tropezó con un gusano, pero como era muy tímido, no se atrevió a preguntarle si lo habia visto, y siguió buscando. Al poco rato se tropezó con un saltamontes con un cuerpo que le brillaba de color naranja.

- ¡Que saltamoentes más raro! - pensó Mario - pero de nuevo, sintió vergüenza y no se atrevió a preguntarle.

Lita la hormiguita le observaba escondida, y al ver al saltamoentes se dio cuenta de que habia encontrado el coche de bomberos, pero quería que su amigo Mario se atreviera a hablar con los demás.

Mario no consiguió encontrar su coche por ningún sitio, y pensó que los nuevos vecinos se lo habian querido llevar. Pero en vez de decirles nada, planeó una venganza y cuando fue a jugar a su casa, se llevo algunas de sus piezas de sus puzzles favoritos. Los niños se dieron cuenta y le pidieron que les devolviera esas piezas.
Mario se sintió indignado y les regañó porque ellos le habian quitado su coche de bomberos favorito. Los niños repetian una y otra vez que ellos no habian sido y todos acabaron discutiendo.

Habia llegado la hora, Lita tenia que hacer algo antes de que los amigos llegaran a las manos.

- Mario, devuelveles las piezas del puzzle - dijo
- Pero Lita, ellos me han quitado mi coche - refunfuñó Mario.
- Mario, tu coche de bomberos está en el jardín, junto a la casa del saltamontes.

Mario se dio cuenta enseguida, si hubiera vencido tu timidez y le hubiera preguntado al saltamontes al ver su cuerpo tan extraño brillando, lo habria encontrado enseguida y si hubiera hablado con los niños en vez de suponer lo que habian hecho, no hubieran llegado a enfadarse.
Acto seguido les devolvió el puzzle a sus nuevos amigos y les pidió disculpas, que los vecinos aceptaron enseguida y corrieron todos juntos a recoger el coche de bomberos y jugar todos juntos.

viernes, 10 de septiembre de 2010

LA HORA DEL SILENCIO


Hoy había sido un dia un tanto peculiar en el colegio. Habia llegado a la clase de Mario un niño nuevo, Tomás, que venía de una gran ciudad con montones de tiendas, gente y espectáculos.

Todos sus compañeros le querian dar la bienvenida, pero el niño lo unico que hacia era mover las manos y al llamarlo por la espalda, ni si quiera tenia la decencia de girarse a ver quien le estaba llamando.

Todos los niños de la clase se enfadaron con el, pues pensaban que era demasiado engreído por no querer hablar con ellos porque eran niños de un pueblo pequeño que no habian visto tantas cosas como él.
Al llegar a casa, Mario, muy enfadado le conto a su amiga Lita todo lo que habia ocurrido. La hormiguita, decidió ir al dia siguiente a la escuela con Mario, porque queria ayudar a su amigo y a todos los niños de la clase.

A la mañana siguiente, Lita estaba lista para ir al colegio con una gran bolsa llena de cera. Cuando Tomás llegó al colegio, todo siguió igual, solo movia y movia las manos, sin soltar ni una palabra.

Lita, se acercó a la oreja de Mario:

- ¡Mario Mario! ya se lo que le pasa a tu nuevo compañero - le dijo la hormiga
- ¡Si! es un engreído - replicó Mario - miralo ahí sin hacernos ningún caso a nadie
- No amiguito - si haces lo que te digo podrás comprenderle, escuchame bien...

Después de hablar con la hormiguita, Mario se puso manos a la obra, y les explicaba a todos sus amigos lo que Lita le habia contado y les repartia 2 pedacitos de la cera que la hormiga habia llevado al colegio.

A la hora acordada, todos los niños de la clase se pusieron la cera en los oidos, de manera que no podían escuchar nada. Ese era el plan, tenia que llamarse y hablarse entre ellos. Al principio era divertido, pero al cabo de un rato, les resultaba demasiado complicado entenderse entre ellos.

Al final de la mañana todos los compañeros entendieron que eso era lo que le ocurria a Tomás, que no podia entenderles porque no podia escuchar lo que decian, habia nacido sordo. Cuando llegó al hora de entrar al colegio de nuevo, todos los compañeros tenian una propuesta, "La Hora del Silencio", que la profesora aceptó encantada.
Todos los dias dedicarian una hora a aprender el lenguaje de los signos y enseñarle a Tomás a leer los labios. De esta manera Tomás, Mario y los demás niños de la clase podrían jugar, charlar y reir juntos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

LITA SIN COLOR


Lita se encontraba desde hacia dias encerrada en su laberinto escondido en el desierto de azulejos blancos porque Mario habia estado de vacaciones fuera de la casa. Una mañana, Lita se miró al espejo y vio que se habia quedado sin color, solo era de blanco y negro, nada más, como si fuera un simple dibujo.

no le gustaba ese nuevo aspecto, así que escribió un anuncio en el periódico: "Se busca pintor profesional, con grandes dotes y sabiduría para devolver el color de la piel a una hormiga"

Pronto la noticia se extendió por toda la ciudad y Lita se hizo famosa. Pasaron miles de profesionales que intentaron devolverle su color, pero ninguno lo conseguía. Entonces, llegó Chiflín, un saltamoentes pintor que todos decian estaba loco. Pintaba sin parar con colores divertidos por todos los sitios que pasaba, mejor dicho, hacía como que pintaba, porque nunca mojaba su pincel y no utilizaba ningún papel, solo pintaba en el aire. Por eso decian que estaba chiflado y les hizo a todos tanta gracia que quisiera devolverle a Lita su color.

Chiflín entró en el laberinto y le susurró a Lita al oido al mismo tiempo que movia su pincel seco sin parar de arriba a abajo por todo el cuerpo de la hormiga. Dejando a todos con la boca abierta, el cuerpo de Lita empezó a emanar de nuevo los colores de su piel.

Todos quisieron saber cual era el gran secreto que escondía Chiflín para pintar sin color. Chiflín les explicó que su pincel solo servia para pintar la vida real y que unicamente le dijo a Lita una frase: "en unos dias volverá Mario y podrás volver a jugar con él" y viendo la tristeza que le causaba echarlo de menos y la alegría de que pronto volverian a jugar juntos, le devolvió a Lita la ilusión y con ella volvió su bonito color.